
Oro – La historia moderna.
17.12.2012 13:14
En 1792 el congreso americano aprobó el patrón bimetálico (oro y plata) para la nueva moneda americana: El dólar. El dólar tenía un precio fijo y una onza de oro equivalía a 19,3 dólares, una onza de plata equivalía a 1,293 dólares. El ratio entre oro y plata fue fijado y establecido en 1/15. Así que podríamos decir que un dólar equivalía a 1,6 gramos de oro y a 24 gramos de plata. Todos los ratios fueron fijados y conservados hasta el año 1834 cuando el precio del oro subió un poco hasta los 20,67 dólares la onza y el ratio entre el oro y la plata cambió a 1/16. A partir de ese momento el precio del oro quedó intacto durante los siguientes 100 años (hasta la Gran Depresión).
Imagen 2. Gráfico del precio del oro desde 1833 hasta 1999.
El oro y la plata era dinero. El dólar era convertible por ambos y fue el “sustituto” de los metales preciosos. El problema del bimetalismo en EE.UU. fue el ratio fijo entre el oro y la plata. Este ratio fue establecido de un modo fijo para que su manejo en el sistema fuera más sencillo y para que los precios fueran estables. Pero el ratio fijo tenía un problema, y este consistía en la diferencia entre la demanda y la oferta. Podemos explicarlo de esta manera:
Imaginad que hay en circulación 1000 monedas de oro y 15.000 monedas de plata. El ratio es fijo, digamos 1/15. Sin embargo, esta permitida la acuñación de nuevas monedas. Supongamos que las monedas tendrán siempre el mismo peso y misma calidad. ¿Qué pasará si en el futuro hay en circulación 1200 monedas de oro y 40.000 monedas de plata?
Lo que pasará lo explica la ley de Gresham: “La moneda mala siempre expulsa del mercado a la buena.” En nuestro caso, la moneda buena es el oro y mala la plata. ¿Por qué? Porque la cantidad de oro creció un 20% y la cantidad de plata un 166%, mientras que el ratio quedó igual, es decir 1/15. Con 15.000 monedas de plata pudimos “comprar” 1000 monedas de oro. Pero si el ratio queda igual, con 40.000 monedas de plata podemos comprar 2667 monedas de oro (y en el mercado tenemos solamente 1200). En ese momento la gente se da cuenta que la plata está “sobrevalorada” y comienza a ahorrar oro (no lo va a utilizar como medio de intercambio). Además el oro puede ir al extranjero donde tiene más valor. Por lo cual desaparecen las monedas de oro de la circulación. La gente sabe que es mejor pagar con lo que está “sobrevalorado” y lo que está “subvalorado” ahorrarlo. Por eso la ley de Gresham dice que la moneda mala (sobrevalorada) expulsa a la buena.
En el siglo XIX., Sucedió un escenario parecido (como el arriba mencionado) en EE.UU. Hubo escasez de oro. Y el patrón bimetálico estuvo amenazado, por que el sistema de ratio fijo no se correspondía con la realidad. El sistema de ratio fijo fue violado durante la guerra civil (entre el Norte y el Sur) cuando el ratio oro/plata se movía alrededor de 1/7. Y su fin llegó en 1873 cuando fue aprobado el Fourth Coinage Act, que estableció la fijación de un solo metal. El bimetalismo terminó y comenzó la era del monometalismo, así comenzó el llamado patrón oro. El patrón oro fue aprobado "legalmente" unos años después en 1900. El ratio de oro y plata se estableció en 1/14,5 en 1873, y llegó a 1/40 en 1908.
Imagen 3. Precio del oro desde 1833 hasta 1999.
En el siglo XIX, comienza la fiebre del oro. En California en 1849 y más tarde en Alaska – Yukon, Klondike (1896 – 1900). El oro descubierto en Alaska data del año 1848. Por aquel entonces, Alaska formaba parte de Rusia. Pero en 1867 EE.UU. compró Alaska por 7,2 millones de dólares (alrededor de 11 toneladas de oro). Para el Zar ruso, se trató de uno de los peores negocios que Rusia había hecho. Solamente en Dawson City, los buscadores de oro encontraron 15 toneladas de oro en 1898 (por valor de 10 millones de dólares). Sin embargo, solamente en bares y salones de fiesta, gastaron 60 millones de dólares. Esto demuestra que los que mas ganaron en la fiebre del oro no fueron los buscadores... Durante la fiebre del oro se consiguieron 75 toneladas de oro. A partir de 1901 los buscadores de oro fueron reemplazados por las compañías mineras.
Pero volvamos al patrón oro. El sistema monetario tanto en EE.UU. como en la mayor parte del mundo a principios del siglo XX. estuvo basado en el patrón oro. En Asia, Siam aprobó el patrón oro en 1908. El patrón plata existía solamente en China y Hong Kong (en China finalizó en 1935). Este periodo del patrón oro funcionó hasta la primera guerra mundial (1914). Los gobiernos europeos necesitaban mucho más dinero para financiar la guerra, así que tuvieron que suspender la cobertura del oro para imprimir dinero suficiente como para financiar la guerra. Por ejemplo, Alemania abandonó el patrón oro en 1914 y después de la primera guerra mundial no pudo regresar a este patrón, ya que los aliados pedían el pago de las reparaciones en oro. Durante este periodo ocurrió en Alemania una de las peores hiperinflaciones de la historia.
Estados Unidos no se vio herida por la primera guerra mundial, por lo que no tuvo que suspender el patrón oro. El resto de Europa trataba de reestablecer el patrón oro, sin embargo, no se trataba de nada sencillo. Sus monedas fueron devaluadas y Gran Bretaña que en aquel entonces era el país colonial más importante de Europa, no quería aceptar la devaluación de su moneda y perder así su prestigio. El problema fue que otros países se vieron obligados a reestablecer el patrón oro con los cambios “inflados”. Así que las monedas europeas fueron sobrevaloradas. Sin embargo, en Europa, no se reestableció el patrón oro como funcionaba antes de la primera guerra mundial o en EE.UU. En Europa se estableció el patrón de divisas en oro. Por dinero solamente se podían cambiar grandes piezas de oro, cuya finalidad era que la gente se sintiera obligada a utilizar el papel moneda en lugar de monedas de oro como medio de intercambio. Esta regla sin sentido causó una inflación aún más grande, hasta que llegó una quiebra gigantesca en 1931. En 1931 ocurrieron queibras de bancos que creaban inflación en toda Europa. Gran Bretaña fue obligada a abandonar el patrón oro. Por su parte Estados Unidos aún permaneció dos años más en el sistema del patrón oro. Sin embargo, EE.UU. se vio muy impactado por la Gran Depresión de 1929 y en 1933 suspendió el patrón oro.
En 1933 el presidente Franklin Delano Roosevelt suspendió la convertibilidad del dólar americano por el oro. Del mismo modo prohibió a los ciudadanos americanos poseer oro o negociar con oro en cualquier lugar del mundo. La única excepción era para la joyería y el coleccionismo. Sin embargo en 1934 se restableció el ratio dólar/oro: una onza de oro pasó a valer 35 dólares (se mantuvo la relación con el oro). La realidad era que ningún ciudadano de EE.UU. podía tener oro. Porque todo el oro fue nacionalizado. En 1938 fue transportado al Fort Knox en el estado de Kentucky. En el Fort Knox se encuentran 147,2 millones de onzas de oro. Sin embargo, solamente disponemos de los números que nos facilita el gobierno de EE.UU. En realidad nadie sabe cuánto oro hay en el Fort Knox, ni conocemos la calidad de este oro. Hay muchas dudas sobre la verdad del oro depositado en Fort Knox. Y es más que probable que ni haya tanto oro, ni sea de la calidad que se menciona.
Imagen 4. Fort Knox, el depósito del oro americano.
Después de la segunda guerra mundial comienza el nuevo sistema, conocido cómoBretton-Woods. Se trataba de un nuevo patrón de divisas en oro. La moneda clave fue el dólar americano. La economía de EE.UU. después de la segunda guerra mundial era la más importante y al mismo tiempo EE.UU. tenía gigantescos depósitos de oro. El dólar fue fijado con el oro en 1/35 y solamente el dólar se podía cambiar por oro. Los ciudadanos europeos podían cambiar dólares por oro, en cambio los americanos no. El resto de monedas fueron fijadas al dólar americano. El sistema Bretton-Woods tenía los fundamentos mal establecidos y en 1968 comenzó a colapsar. En 1971 terminó el patrón oro. El oro fue expulsado del sistema monetario y pasó a ser un “commodity puro”. Desde 1971 las monedas dejaron de estar cubiertas por el oro y los gobiernos recibieron el derecho de devaluar las monedas según sus deseos. El sistema de cambio flexible sigue funcionando hasta la fecha y durante este periodo el dinero ha perdido mucho valor (para ver la inflación desde un punto de vista histórico, véase: ¿Deberíamos preocuparnos por el dinero en efectivo?).
El oro oficialmente no es dinero. Pero de todas formas, en la mente de la gente conserva su importancia. Es muy difícil romper una vieja costumbre de más de 6000 años. El sistema actual es insostenible y puede que en el futuro cercano véamos un regreso al oro como dinero. De hecho, eso ya está pasando. Ya se están formando compañías que posibilitarán efectuar los pagos con metales preciosos. Los metales preciosos están consiguiendo nuevamente importancia. Los políticos y los banqueros trataban de suspender su importancia y reprimir el oro al ridículo precio de 250 dólares la onza, como vimos al comienzo de la década anterior. Pero no fue posible parar ni el ascenso del oro, ni el de la plata. A pesar de los intentos de los grandes bancos, los metales preciosos subieron mucho (véase el artículo sobre la manipulación de la plata). Aunque ya han subido mucho, la plata y el oro aún tendrán un futuro brillante. Y para ver esta oportunidad más de cerca, deberíamos saber más sobre el precio del oro.
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